Entre brujas y muertos. Paseo entre tradiciones.

Cuenta la leyenda que el pájaro Pix canta sólo durante el mes de octubre anunciando la llegada de los muertos. Tras una lluvia atípica llega Aj Puch, el señor de la muerte, si la lluvia es ligera, los espíritus que lo acompañan vienen de buenas, si es fuerte, será mejor preparar una buena comida para contentarlos. Para los mayas, sólo las almas buenas pueden venir de visita por lo que este festejo está lejos de las historias de miedo. El entender los ciclos es fundamental en la cultura maya; para ellos la muerte no es más que el inicio de un ciclo diferente, la muerte te da la oportunidad de enlazarte a la eternidad. Los muertos mayas eran enterrados cerca de la casa de su familia porque eran honrados y recordados todos los días del año; sin embargo, recibir su visita es un día de fiesta. Se prepara el pib, un gran tamal relleno de carne y cocido en piedra caliza. Se limpian las casas y se adornan con colores brillantes. Los manteles que cubren las mesas se bordan con meses de