Entre brujas y muertos. Paseo entre tradiciones
La tradición celta del norte de
Europa festeja el Samhain, el fin del verano. Tiempo de agradecer por las
cosechas, por todas las bendiciones recibidas en el año, las brujas y doncellas
bailan. Los velos entre el mundo de los vivos y de los muertos se desvanece
para permitir la visita de nuestros ancestros en este mundo. En las puertas de
las casas se coloca comida para que los invitados recuerden su vida en la
tierra y un festín se lleva a cabo en su honor. El pueblo se reúne alrededor de
los fuegos sagrados y los alimentos se comparten con los que menos tienen. Los nabos o las calabazas se tallan y se
alumbran para dar luz al camino de los difuntos y que no se pierdan en las
tinieblas. El fuego sagrado acompaña al sol en su viaje a la oscuridad,
iluminando en tierra a los humanos. Los sacerdotes, los druidas, facilitan la
comunicación con los muertos quienes gustosos comparten sus consejos. Es el año
nuevo celta, un momento para reconectar con nuestros ancestros y honrarlos,
también es un momento de introspección,
de conocer nuestra propia oscuridad, tiempo de guardar, descansar y esperar el
renacimiento del padre Sol.
Jass Bernal
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